detenida...


SÁBADO... apareciste de la nada, mientras yo andaba de madrugada por aquella calle oscura, con mis tacones de vértigo sobre los charcos de agua que había provocado la lluvia una hora antes de encontrarnos.

Tu imagen seria, casi rozando un pose soberbio, me sedujo pero... quería demostrarte que lo que menos me importaba, era que me impresionabas con tu traje de policía.

Insistías estrictamente que te acompañara a comisaria para denunciarme por pasear sin d.n.i,,, me pareció ridículo y mis risas, encendieron tu fuego... me agarraste fuerte del brazo y con tu maldita y macabra manera de imposición policial, me hincaste en el asiento del coche....

tu silencio significa que da igual lo que te diga y asumo la situación. Durante el camino agudizo mi vista para que no se escapen tus movimientos y pueda entenderlos... ahora se que me crucé en tu camino y has decidido usar tu poder para llevarme a este Hotel... no me atrevo hablar, mis ojos están fijos en ti, en tus perfectos movimientos, y tu seguridad.

En el ascensor, el temor retoma mi alma cuando te acercas a mi, noto como vibra el suelo bajo mis pies mientras rodeas mi cuello con los brazos, tus labios rozan los mios con una leve caricia, tus manos se deslizan por mis muslos acariciándolos a la vez que suben mi vestido, dejas dibujados tus dedos en mi cintura, me estremezco, mi cuerpo se mueve con vida propia intentando acercar mi boca a tus labios, quiero sentir tu lengua... Sigues con la hazaña de dejarme desnuda. Me despojas de esta prenda negra y quedo expuesta a tus ojos, tan solo con un minúsculo tanga que enseña más que cubre, y allí se centra tu atención.

Nuevamente los protagonistas son tus dedos, viajan por mis labios, bajan por mi barbilla, mi cuello, cruzan mi ombligo y llegan hasta la transparente ropa íntima,,, vibro al sentir la presión de tu arma, y la humedad cubre mi piel. Mi respiración agitada se confunde con la tuya, tu excitación, crece con la mía. De pronto, todo para. El ascensor ha llegado a la séptima planta.

Me alzas en tus brazos y me llevas a la habitación, me tiras bruscamente a la cama y te reclinas sobre mi cuerpo,,, un sí mezclado con un gemido se escapa de mis labios, entretanto tus esposas rodean mis muñecas. Veo el placer en tus ojos de verme quieta, inmovilizada, sabes que haga lo que haga solo puedo mirar y sentir... me prometes que esto va a durar, vas hacerlo lentamente para que desee que todo termine cuanto antes.

Te acercas a mi lentamente sin dejar de mirarme a los ojos, disfrutando con placer este momento, tus manos rozan las mías al intentar comprobar que están inseparablemente unidas, me excito sufriendo la presión de las esposas. Mi respiración en tu oído, y me hablas rompiendo este morboso silencio … ¿te hago daño “cariño”? El sudor que corre por tú sien se pega a mis labios. Me da asco.

Se nota que estas acostumbrado a llevar el mando, tú ordenas, tú dominas… ahora, yo dominada y desnuda, expuesta a tu juego, tienes en tus manos mi aliento...
Tu silueta gira y se dirige hacia la mesa, vas hacia tu pistola… y de mi boca se escapa un ¡no!. y te provoco la única sonrisa que me regalas en la noche, mientras me apuntas entre las piernas. Tu cuerpo sobre el mío, aplastándome, tus manos arrancando mi tanga, violándome, y mis labios gritando que no. No paras, violas mi ser, violas mi cuerpo, me violas a mi. .- Dices: Mírame a la cara! ¿Ahora si percibes mi sed, mi odio? .-tu lo sabes hueles y ves mi miedo, mi terror. me contestas: ¿Hacemos esto un poco más lento? sshh... ¿sabes que el silencio es el placer de los muertos? Acaricias lentamente el arma, deslizas tus dedos por ella,, gozas del momento, y yo lo sufro. Puedo ver toda tu rabia, tu ira contenida proyectada contra mi, en forma de deseo, pero no solo deseo reflejan tus ojos, reflejan poder, emanan fuerza., rabia y excitación. Tus manos son látigos que me azotan, tu boca la antorcha que me quema, fuego que no puedo apagar con mis lágrimas, ni con mis gritos, ni con mi miedo.

El dolor en mi cuerpo y la desesperación en tu alma llegarán hasta el infinito. ... Y te perdiste en aquel sábado... hasta que quieras volver a comer la sombra que dejó mi cuerpo...