Deliciosamente provocados

Me gusta provocarte y que me provoques… .
Me gusta provocarte porque sabes cómo mirarme… como desearme, como hacerme tuya…
Que por un segundo desees desnudarme, rápido y violento… otras veces lento y con calma… y cuando por fin llegas… mi mirada es de niña… y de mujer…
Y te vuelves tierno, me abrazas, me besas, comienzas a desnudarme…
Me gusta provocarte porque sabes cómo acercarte. Hoy vienes a verme y a acompañarme y en el momento menos pensado suspiro en tu cuello, rozo tu cuerpo, te beso…
Y hoy, puede ser…
Me gusta provocarte, y está claro que siempre vuelves, que siempre vuelvo, que hay algo vivo que nos mueve a buscarnos.
Y tú como yo lo sabemos, y nos gusta, y provocamos el encuentro cada día… sin saber si hoy será, o no…

Recuperandome



Todo empezó como un domingo cualquiera de resaca. Un típico día de ésos que una no se da cuerda.
Pero no era la resaca de cuando en la disco la noche anterior te has tomado mas copas de la cuenta. Era mucho peor,,, lo que yo tenía sí que era un trancazo y no lo de Nacho Vidal (obviamente) y para mas inri, acompañado de la señora de rojo que me visita todos los meses.
Normal que esté griposa,,, de la humedad que hay en mi casa a veces hasta me parece oír de fondo la música de Tiburón y el aire acondicionado ha contribuido bastante.
Hice lo que una hace en estos casos: hacer acopio de síntomas y buscar en internet... Según la primera búsqueda, tenía una de esas enfermedades que son todo consonantes... La cosa no parecía tener remedio. La segunda búsqueda fue aún peor: descaradamente Internet me estaba recetando enfermedades incurables para ver si me suicidaba... Como tenía la garganta muy chunga, la cosa parecía que tenía que ver con el tabaco. Hombre, sí, fumo, pero si el tabaco matara tanto como dicen, Bush bombardearía con Lucky Strike y no con bombas H (que se llaman así porque son como las hipotecas: podrán caer sobre la casa una sola vez, pero sus efectos en las personas se notan durante varias generaciones).
Aunque es cierto que tengo en la familia un caso de un tío mío que murió por causa del tabaco. Bueno, en realidad no estoy seguro de que fumara, pero recuerdo de pequeña escuchar que por Fortuna se había muerto... Y lo peor es que todas estas enfermedades daban unos síntomas u otros según la persona. Porque ya se sabe que cada persona es única... exactamente igual que todas las demás.
Además, el hecho de que no tuviera alguno de los síntomas tampoco significaba que no tuviera dicha enfermedad, como el simple hecho de que estés paranoica no significa que nadie te persiga. Pero yo tenía la cara de Risto Mejide en un karaoke, así que juré que no me volvería a mirar en el espejo para evitar tenerme que suicidar en defensa propia. Al borde de la muerte, comencé a pensar en temas transcendentales. Dios es uno de mis personajes de ficción favorito, pero no puedo negar que probablemente él sea mi pastor, porque soy una cabrita. Lo que siempre me ha hecho un lío es que,,,, si dios es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?.
Así que decidí preguntar por tercera vez a Google y de repente, en mi pensamiento místico, me sentí como la ermita de mi pueblo porque, como yo, ella tampoco tenía cura.
Yo, que siempre me he caracterizado por vivir a tope, decidí pasar los últimos momentos de mi vida viendo la tele. Lo bueno de la televisión es que produce tanta basura que la están constantemente reciclando. Hubo un momento en que no sabía si aquello era un debate o una investigación científica para descubrir si había vida inteligente en el plató de "hombres, mujeres y viceversa"... Y me quedé dormida, como es lógico. Tan lógico como que si te acuestas con picor de culo al despertarte te huele la mano a mierda... Al despertarme, ya de madrugada, la tele estaba mostrando una selección de los mejores momentos de Pene de muerte, 20.000 lenguas de Viaje intrauterino, Sé lo que os hicísteis últimamente en el ano y otros grandes éxitos del cine más cárnico.
En el estado terminal en el que me encontraba sólo le pedía a dios que ya que me había quitado las fuerzas, que también me quitara las ganas. Pero no pude evitarlo... en vez de dormirme, me sobé... Y es que me gusta más el roce que a un chapista,,, y al final me tuve que poner a jugar con el Power Ranger rosa. Y oye, aunque siempre es más divertido lo de la paja en el ojo ajeno, aquello, está mal que yo lo diga, fue mano de santo.
Yo creo que vistos los resultados, tendrían que aplicar este método de curación por imposición de manos en la Seguridad Social... Y es que, si ésta fuera una disciplina reconocida médicamente, lo primero que harían los seguros de pago sería convertir todos esos clubs de chicas de mente despejada y de vida alegre, en centros de día... no??